Silvia Jiménez Castillejo 2º Bto.A

Los inversores, llevados por las recomendaciones de los analistas, no dudaban en pagar precios desorbitados por todo lo que llevaba el apellido puntocom. Luego vino el pinchazo y la euforia desenfrenada dio paso a la depresión.

Empresas importantísimas de tecnología y comunicaciones europeas apostaron fortísimamente por las nuevas tecnologías relacionadas con Internet y telefonía móvil, invirtiendo cantidades astronómicas para controlar ese nuevo mercado en sus respectivos países que prometía ser un gran negocio. Tres años después la realidad es que, por lo menos hasta el momento, esas expectativas no se están cumpliendo y a menos que la cosa cambie mucho en poco tiempo esas inversiones parecen haber sido una equivocación.

Este año 2003 parecía que empezaba con buen pie y la mayoría de las acciones empezaron a subir pero, seguramente por la incertidumbre sobre la posible guerra con Irak, las cosas han vuelto a empeorar y todos las valores están bajando mucho en los últimos días.

Mi opinión personal es que a pesar de estos malos resultados en los últimos años, lo lógico es pensar que las empresas de nuevas tecnologías: Internet, telefonía móvil, etc. a la larga tendrán que resultar una buena inversión para esas empresas. Yo pienso que en vez de recibir beneficios a tan corto plazo, tendrán que esperar varios años para recuperar su inversión.